miércoles, 30 de diciembre de 2009
aquellos maravillosos años
sábado 26 de diciembre, III Torneo de Navidad del Club Baloncesto Callosa, sobre la pista del pabellón "el Molino" de Bigastro hasta cuatro generaciones de baloncesto local callosino, en este diciembre del veinte aniversario del Club reunimos de nuevo tras unos cuantos años a algunos de los muchos jugadores que han formado parte de la historia de esos cuatro lustros largos de baloncesto. Sobre sus espaldas unos cuantos años más, unos cuantos kilos de más, un poco de menos pelo que entonces y generosidad en las canas, parece que no pero los años pasan. Emocionante reencuentro, sonrisas, muchas sonrisas, saludos afectuosos, abrazos, caras de asombro en el continuo goteo de antiguos jugadores previo al calentamiento según aparecían aquellos quienes asumieron el reto de integrar el combinado Veteranos del Cb Callosa celebrando cada aparición con expresiones de incredulidad del tipo "!!pero este también ha venido!!". Tarde especial para viejos amigos, entrenadores y pupilos, compañeros de mil y un partido ya lejanos en el tiempo; en el previo muchas preguntas, cuanto tiempo sin verte, como estás, hacía años que no te veía, recuerdos comunes, algún que otro "estáis iguales" claramente sin perspectiva del tiempo pasado. Fuimos llegando por separado, sin concepción de grupo, como si no fuéramos un equipo, uno a uno o como mucho en parejas, sumando así hasta quince jugadores, incluso Paquito con su sempiterno bigote apareció por allí. Estructuramos nuestro nutrido equipo y el reparto de minutos de juego por temporadas, de más lejanos a más recientes en el tiempo. Fue emocionante ver de nuevo juntos sobre la pista al Fraile con su tiro en suspensión, a su hermano Ángel corriendo el contraataque, al Rubio con su característica entrada y al Tomate con ese juego de espaldas tan suyo en el quinteto inicial; verlos a todos de nuevo sobre una cancha de baloncesto me recordó mis propias vivencias, los equipos de los que formé parte, los entrenos en las pistas de los colegios, los largos viajes de autobús, los partidos, la fiesta que suponía para nosotros con dieciséis años jugar en pabellón, los torneos de privamera, simple y llanamente el placer de jugar, el volver a vivir la sensación de compartir de nuevo vestuario y minutos de juego con mis antiguos compañeros de fatigas, con Luis, con Calvo, con mis inseparables Blas y el Gamba, como en un viaje a los lejanos ochenta por un momento aquellos maravillosos años se dieron cita en el espacio tiempo de esta tarde de diciembre del año 2009. Tras los jugadores de los años 60 y principio de los 70 jugaron aquellos quienes nos sustituyeron y recogieron el testigo en este Cb Callosa, Toni el de Cox, Javaloyes, el Ballesta, José María, incluso la segunda generación estuvo representada, algunos de los hijos de los "pioneros" compartieron pista con sus padres, Erick jugador de las categorías de base del Lucentum, de tal palo tal astilla, compartió pista con Ángel García mientras que Manuel el Tomate padre y Manuel hijo también compartían minutos. Los rivales y el resultado lo de menos, para nosotros tarde de fiesta, como decía un destacado miembro de la directiva se respiraba espíritu de club, sólo por esta sensación mereció la pena el esfuerzo de organizar el torneo. Tras los partidos una idea común "tenemos que repetirlo, el año que viene me llamáis que no faltaré", han pasado veinte años, en mi caso mis rodillas hace años que ya no me aguantan y sin embargo, como siempre, nos sigue gustando esto del deporte de la canasta, como dije antes, el simple placer de jugar.
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