domingo, 27 de febrero de 2011

mundo viejuno

solamente quienes viven en el metalenguaje y las prácticas del "frikismo" del mundo paralelo liderado por Joaquín Reyes - mundo que se alimenta del espíritu que imbuía a aquel mítico programa de la "hora Chanante" a mayor gloria del espacio Internet que proporcionó grandes audiencias a la Paramount Comedy- serán capaces de entender el completo y complejo significado que desprende el título de esta entrada, ese es mi equipo, mundo viejuno, tras dos semanas con buenos partidos y dolorosas derrotas el diagnóstico esta para un servidor meridanamente claro, mi equipo solo compite cumpliendo dos condiciones, primero si no cometemos errores, segundo si tiene todo el plantel disponible. Mi equipo de este año, diez jugadores reales - un jugador virtual que tiene ficha y lesión completa para la temporada - es un conjunto donde en mi cabeza cada uno tiene su rol, en cuanto nos tenemos que salir de ese esquema no hay resultados posibles. Como siempre y como pasa en todo equipo que se precie puede haber jugadores que no estén contentos con el rol asignado o que consideren que merecen jugar más minutos; como siempre intento, no siempre lo consigo, que nadie juegue más de treinta minutos ni menos de diez, que todo el mundo sea participe, las proporciones son variables con un equilibrio ideal de veinticinco minutos el que más juega y quince el que menos, no siempre es posible. Mi esquema entre las ahora famosas primera y segunda unidad esta claramente definido, empiezo por lo más fácil, dos jugadores con facilidad de tiro exterior sobre todo desde más allá de la línea de 6,25 comparten minutos y se intercambian la posición en el campo, muy difícil que jueguen juntos. En el juego interior apuesta inicial por dos jugadores, un cuatro polivalente a cinco y un cinco clásico la primera unidad, dos jugadores, el más joven del plantel y el más veterano en la rotación del juego interior. Los cuatro jugadores restantes los planteo en grupos de dos buscando combinar en sus características mover el balón, defensa y posibilidad de tiro exterior siempre procurando que jueguen juntos un binomio que combine la dirección de juego, proporcione intensidad defensiva y ofrezca para la anotación opciones de media distancia. A este esquema de jugadores rotaciones constantes que nos permitan mantener la que es, cuando lo hacemos bien, nuestra mejor virtud, la defensa. Este es mi equipo y este es mi planteamiento ideal de esta temporada, si conseguimos mantener este esquema tenemos opciones, cualquier desbarajuste en este planteamiento y nos vamos del partido, falta de concentración, falta de algún jugador, alguien se sale de su rol, merma y mucho nuestra posibilidades. En el encuentro de esta semana sumamos a un jugador enfermo y un semi lesionado la pérdida por lesión de otros dos jugadores, rodilla y tobillo, el esquema se me va, lo dicho, mundo viejuno.

martes, 15 de febrero de 2011

engaño colectivo

decía el ya subcampeón de copa Ettore Messina al inicio de la semana pasada en el preludio de la que probablemente es la mejor competición de baloncesto de la temporada -el fin de semana de la Copa del Rey- en relación a su equipo que "El Madrid vive un engaño colectivo". Reflexionaba el italiano en como el glorioso pasado de su Club impedía de alguna manera el tener a sus actuales dirigentes la paciencia suficiente para que el proyecto por el que se ha apostado creciera y diese sus frutos, hablaba Messina en como el hecho de ser herederos de una historia gloriosa no ayudaba en nada a sus jugadores a enfrentar un presente mucho más complejo, difícil y duro donde para poder ganar el primer objetivo es saber competir ante unas circunstancias mucho más adversas en este mundo del baloncesto moderno donde la hegemonía de años pasados no es más que una ensoñación y cada partido cuesta ganarlo frente a rivales que buscan lo mismo que tú y ponen todo su esfuerzo, empeño y recursos en conseguirlo. No soy un gran seguidor del juego que practica el italiano como entrenador sin embargo no dejo de admirar su facilidad para realizar análisis alrededor de este juego, el concepto que él usa "engaño colectivo" me da la oportunidad de pensar acerca de lo que creo esta pasando a mi equipo y mis jugadores como grupo en esta temporada. Cuando decidimos optar en jugar en una categoría superior ante la cesión de derechos de un Club pregunte a mis jugadores y a nuestra junta directiva si esta era una decisión correcta, desde el punto de vista de la dirección del Club no había lugar a dudas, subir de categoría no es nada fácil, si teníamos la oportunidad de una ascenso aunque fuese a nivel de despachos estabamos obligados a aprovecharlo; a nivel deportivo tampoco se plantearon dudas, los jugadores estaban seguros de su nivel competitivo, de hecho siempre me recuerdan que una gran parte de sus años de baloncesto pasaron en nuestra actual categoría, la seguridad de ser competitivos y poder mantener la categoría era total; la realidad nos muestra que somos un equipo muy veterano proveniente de mitad de la tabla de la segunda zonal y como no podía ser de otra manera llevamos toda la temporada coqueteando con las plazas de descenso. En esta pasada jornada sufrimos una estrepitosa derrota ante uno de los rivales directos con los que nos jugamos la permanencia, un equipo que nos aventajaba en una victoria nos pasó literalmente por encima en un encuentro que era a vida o muerte y para nosotros no fue más que muerte, comenzamos con el pie cambiado, el 20% de nuestro jugadores no asistían al encuentro, dos de nuestros jugadores por circunstancias personales no asistieron al partido por lo que nos presentamos casi en cuadro con ocho jugadores a este que se suponía, al menos para nosotros, trascendental choque; el día que se supone nos jugábamos gran parte de nuestras opciones a mitad del segundo cuarto ya estábamos fuera de sitio, la charla de la semana no sirvió para nada más que poner en evidencia que es más fácil hablar que poner en práctica lo hablado, repetimos errores, los jugadores y el banco, todos a la vez y todos juntos con el resultado de una derrota por mas de treinta puntos que nos deja a dos victorias de la permanencia, casi dependiendo ya de resultados de terceros para seguir en la categoría y con una sensación muy jodida entre la impotencia y la de no encontrar la tecla que nos permite cambiar nuestra dinámica de mal juego. Finalizado el encuentro me quede sentado rumiando nuestra debacle esperando la salida de mis jugadores, salimos los últimos del recinto deportivo junto con uno de nuestros rivales del día que dijo la siguiente frase en referencia al plantel que nos acababa de machacar "todos somos del noventa y uno"; en esa frase se resume nuestro propio engaño colectivo, es necesario para nosotros olvidar nuestro pasado como jugadores de baloncesto y trabajar desde nuestro presente, para ser competitivos necesitamos asumir nuestra realidad y sus propias limitaciones, si nos seguimos machacando a nosotros mismos respecto a lo que no podemos hacer, la edad manda, estaremos contribuyendo a cercenar nuestra posibilidades respecto a lo que si podemos llevar a cabo, asumir nuestras realidad es el primer paso para competir, el resto no es más que una ensoñación de un pasado que no volverá sobre todo porque la mayoría de mis jugadores ya no pueden afirmar aquello que somos del noventa y uno. El nuestro es un equipo que tiene su virtud más en no cometer errores que en sumar aciertos, en aprovechar aquello que podemos hacer que en inventar opciones imposibles fuera de nuestras posibilidades, quien hace todo lo que puede no esta obligado a más, todavía queda liga, llevamos demasiados partidos en las botas como para tirar por adelantado la toalla.

sábado, 5 de febrero de 2011

cabemos en un taxi

alguien escribió una vez una cita que con los años se ha convertido en referencia acerca de como en los primeros años de democracia en nuestro país se coaligaron diferentes grupos, grupúsculos, partidos y partidetes que tras unas siglas habitualmente ampulosas escondían en realidad que la masa social de esas fuerzas políticas era tan escasa que de todos sus militantes "cabían en un taxi". Mi equipo en este pasado entreno respondió a la convocatoria con la presencia de cuatro jugadores, pues eso cabemos todos en un taxi.

martes, 1 de febrero de 2011

equipo

usamos con excesiva frivolidad y falta de rigor una frase que empleamos habitualmente donde nos definimos y catalogamos afirmado aquello que nosotros "somos un equipo". No somos ni por asomo en realidad mínimamente conscientes cuando efectuamos esa afirmación del compromiso y relaciones que se esconden detrás de algo tan sencillo como el concepto que engloba la palabra "equipo" y de las implicaciones y compromisos que sustentan su entramado. Un equipo lo conforman un grupo de personas con habilidades complementarias que tienen un objetivo común y se consideran mutuamente responsables de alcanzarlo, confundimos la mayoría de las veces el concepto de grupo con el concepto de equipo y en esa confusión está gran parte de la debilidad de los que en esto del baloncesto nos consideramos equipo y sin embargo no somos capaces de explotar nuestro potencial de juego. El trabajo en grupo se caracteriza porque que la toma de decisiones se produce de forma unilateral donde cada integrante tiene un responsabilidad individual y el trabajo o resultado final es el producto de la suma de las tareas individuales, no esta de más recordar que la consideración de equipo es algo mucho más potente que eso. En el trabajo en equipo el liderazgo y la toma de decisiones es compartida donde existe además de una responsabilidad individual una responsabilidad compartida ya que el trabajo final es producto y resultado de las actividades colectivas, esta manera de actuar solo es posible se lleve a cabo si existe un compromiso común con los objetivos; el verdadero equipo combina las habilidades de todos y da forma a su trabajo final mediante el trabajo colectivo. Si nos medimos con estos parámetros puedo afirmar que estamos más cerca del grupo que del equipo, no basta con decir en voz alta que somos un equipo, nuestro reto pasa por comportarnos como tal.