sábado, 23 de octubre de 2010

el día de la marmota

el actor de comedia Bill Murray protagonizó allá por los años 90 una película que en nuestro país se tituló "atrapado en el tiempo" y que narraba las peripecias de un famoso periodista hombre del tiempo de una cadena de televisión que es enviado a Punxstawneway un pueblo de Pennsilvania en la América profunda a cubrir la información del festival del "Día de la Marmota" donde es condenado a revivir una y otra vez el mismo día donde todo se repite, excepto su percepción de que, lo que le sucede en cada momento ya lo ha vivido. Pues en eso, en mi particular Día de la Marmota me sentí el pasado sábado al finalizar nuestro partido con la sensación de que esto ya lo he vivido, de nuevo perdimos de dos puntos en casa, de nuevo con la última posesión a nuestro favor sin suerte en su resolución, de nuevo en un partido que dejamos ir de inicio, recuperamos con mucho esfuerzo y no supimos rematar, de nuevo sin acierto en la definición y de nuevo, y esto es lo peor, sin tener la mínima capacidad de auto critica en las circunstancias que nos llevaron al desenlace; quejarse de los árbitros en un partido donde hemos lanzado la friolera de 49 tiros desde la línea de personal no parece que se sostenga mucho, que el equipo contrario jugo con dureza e incluso en ocasiones con mucha dureza sí, que nos cuesta adaptarnos a condiciones adversas del juego también. Hacía mucho tiempo que no perdía los nervios al finalizar un partido, desde hace más de tres años en la temporada 2007/2008 y de nuevo me sucede por la misma razón que me pasó aquella vez, la actitud de un grupo que no sabe perder y que busca excusas en lugar de soluciones. A mí también me duele perder y mucho, y estoy muy jodido por como se desarrolló el partido del sábado y la parte que me toca en su resolución final pero no puedo llegar a entender que al finalizar un encuentro que hemos perdido por dos puntos al pretender hacer una reflexión final de porque ha pasado y como debemos seguir para que no se repita buscando el hacer piña todo el grupo para recuperar el ánimo y emplazar a cada uno de los integrantes de este equipo, incluido un servidor, en la búsqueda de soluciones para ver el como cada uno de nosotros aporta mayor valor al conjunto encontrar que tu equipo prefiera buscar culpables y este en un actitud tan negativa que ni siquiera sean capaces de escuchar, ni de escucharse. Lamento y mucho el haber perdido los nervios por lo que me tocará pedir disculpas en el próximo entrenamiento, me enfadé tanto que puse mi dimisión sobre la mesa y después les metí "un puro" a mis jugadores, estaba cabreado, mi sensación al finalizar el partido en mi particular "atrapado en el tiempo" me recordó que esto ya lo he visto, me trasportó a la temporada pasada donde muchos de los integrantes de este grupo sufrimos una situación difícil que debería habernos hecho reflexionar, el final de partido que vivimos este sábado me indica que no es así o no lo suficiente. No esta de más recordar que el principal problema de este grupo hace escasos meses fue su frágil moral, su excesiva tendencia a la autoinmolación, una peculiar facilidad en la búsqueda de problemas donde no los hay y una propensión temeraria hacia la autodestrucción, tampoco esta de más recordar que todo esto ocurría en una dinámica ganadora mucho más favorable que la actual, parece que el jugador de baloncesto es el único animal que tropieza tres veces en la misma piedra, deberíamos tenerlo presente. Me gusta entrenar, me divierte, lo paso bien y me gusta competir y además creo que esta temporada tenemos un equipo con el que estamos compitiendo, claro que necesitamos mejorar pero estamos compitiendo y llegaremos sin ninguna duda a un mejor nivel de juego y resultados, lo que no me apetece es "pelear" contra mi propios jugadores, no tengo ganas ni ánimo para eso, no quiero volver a pasar de nuevo por dirigir a un equipo sin alegría, no estoy dispuesto a vivir como el protagonista del día de la marmota.

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